viernes, 24 de junio de 2011

Capitulo 5

Los años fueron pasando como si fueran meses y la amistad entre Alejandro y Hefestion crecio. Hefestion se habia convertido en la sombra de Alejandro y todos sabian que si veian a uno ,cerca tendria que estar el otro.
Hefestion era la unica persona que lograba calmarle cuando se enfurecia, cuando se desesperaba y cuando lloraba.
Todos habian madurado y Alejandro ya sabia como era cada uno.
Tolomeo era un chico muy listo, lo que a veces ponia de los nervios a Cassandro por sus continuas correciones y por lo demas era muy amigo de Alejandro aunque fuera bastante reservado.
Cassandro por otra parte era muy distante y a Alejandro se le asemejaba a una serpiente, siempre al acecho esperando el momento oportuno para inyectar su veneno aunque estaba seguro de que nunca le traicionaria. No era muy listo sino que se caracterizaba por ser bueno en el combate.
Nearco estaba siempre en las nubes y las veces que prestaba atencion a Leonidas siempre era para preguntar cosas estupidas. Leonato era igual que Nearco con la unica diferencia de que le caia bien a Leonidas.
Lisimaco era una persona muy callada y Alejandro estaba convencido de que tenia mucho que contar y de que era una persona muy inteligente ya que las pocas veces que hablaba delante de Leonidas siempre decia cosas coerentes y con sentido.
Perdicas era un chico muy peculiar ya que sus pensamientos siemrpe estaban centrados en las mujeres o en las batallas. Hefestion ya se habia fijado en como miraba a Cleopatra, la hermana de Alejandro, pero no se habia atrevido a decirle nada al principe para no preocuparle.
Muy pronto tendrian que irse a Mieza con Aristoteles y despedirse de su antiguo tutor Leonidas.
Todos le echarian mucho de menos y aunque era una persona dificil de entender todos le tenian un gran respeto y amor.
Alejandro estaba como de costumbre en la habitacion de Hefestion ayudandole a guardar las cosas en su bolsa ya que la suya se habia encargado una sierva de prepararla.
-Te noto nervioso Alejandro. ¿Te preocupa algo?- pregunto Hefestion mirando de reojo al principe. Alejandro dandose por vencido se sento en la cama y suspiro.
-Estoy nervioso por nuestro viaje. Dicen que Aristoteles es un gran hombre de mente muy clara y segun mi padre deberia aprender mucho de el. Por otra parte, nunca me he separado de mi madre ni de Pella les echare mucho de menos pero eso son cosas que tengo que aprender a superar, no quiero que te afecten mis preocupaciones.
-Hace 5 años cuando vine por primera vez aqui me sentia igual que tu.Para mí mi padre era como un dios que velaba por mi y me aterraba la idea de separarme de el. Pero me obligue a pensar que mi futuro era aquel y que eso era lo que los dioses habian deseado para mi y ahora se que a tu lado el futuro que me espera es mucho mas espelendido que el de haberme quedado en la casa de mi padre como un aristocrata mas.
Alejandro bajo la mirada, se sentia avergonzado. Hefestion era mucho mas maduro que el. Sabia como reaccionar en cada momento y se alegro de tenerle al lado porque sabia que mas tarde su opinion seria de gran valor.
Alejandro se incorporo de nuevo y siguio ayudando a Hefestion.
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Alejandro se dirigio hacia los aposentos de su madre. Tenia que despedirse de ella y de Cleopatra antes de partir.
Entro y se encontro con una oscuridad absoluta alumbrada unicamente la cama por unas velas.
-Te estaba esperando, Alejandro.- dijo la voz suave de Olimpia.
-Madre, he venido a despedirme.- dijo Alejandro.
-Lo se. - dijo su madre y se acerco a la cama donde Alejandro por fin pudo verle la cara.-Ven, sientate aqui, a mi lado.
Alejandro obedecio a su madre y fue a su hasta la cama. Se sento y eso le trajo viejos recuerdos de cuando era pequeño y se pasaba el dia en los aposentos de su madre entre la suave seda en donde dormia. Ahora ese lugar lo ocupaba Cleopatra que no se separaba de su madre y Alejandro no podia evitar sentir una punzada de celos al pensar que Cleopatra estaba con su madre todos los dias y el solo podia verla una vez a la semana.
-Mi pequeño Alejandro.- dijo su madre en un susurro y le acaricio el pelo.- Mi pequeño Aquiles.
-Madre. Me voy a Mieza y no nos veremos hasta dentro de unos años...-empezo Alejandro pero Olimpia poso un dedo en sus labios.
-Hijo mio, no te preocupes porque puede que fisicamente no este contigo pero mi corazon siempre velara por ti estes donde estes.- dijo y le abrazo. Alejandro la estrecho intentando recordar su olor y su tacto y unas lagrimas corrieron por sus mejillas.-No llores Alejandro. Me volveras a ver, te lo juro.
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Hefestion bajo los escalones de la entrada principal del palacio y se encontro con su padre.
-¡Padre!- exclamo Hefestion y corrio a su encuentro.
-Hefestio, hijo mio. Esta noche vas a partir.
-Si, padre.
-Todas las noches pedire a Zeus que vele por ti.
-Gracias padre. Espero que pronto volvamos a vernos.- dijo Hefestion aunque sabia que no volveria a ver a su padre durante un largo periodo de tiempo.
-Si, hijo. Sabes que yo siempre estare aqui. Mi cuerpo no esta para viajes.-Hefestion bajo la cabeza. Su padre habia envejecido mucho durante estos años. Era un hombre joven pero era propicio a las enfermedades durante la epoca fria.
-Bien,Hefestion. ¿Estas preparado para conocer al filosofo mas grande de la epoca?
-No lo se padre. Los atenienses nunca han sido de fiar y quizas ese hombre nos infunda pensamientos contrarios a lo que de verdad querriamos pensar.- dijo Hefestion aun con la cabeza gacha.
-Aunque griego Aristoteles siempre fue partidario de los macedonios. Creo que os vendra muy bien a cada uno.
-Eso espero, padre.
-Y yo espero verte cambiado cuando vuelvas. Quiero verte convertido en un hombre maduro. Merecedor de ser el mejor amigo de un rey. -Hefestios sonrio y Amintoro le dio un beso en la mejilla. En ese momento bajaron Leonato, Lisimaco, Tolomeo y Casandro.
-¿Preparado Hefestion?- pregunto Leonato.
-Si. ¿Donde esta la caravana?- pregunto Hefestion dando la espalda a su padre.
-Esta fuera. Esperando a que vayamos. ¿Vienes?- contesto Tolomeo.
-¿Y Alejandro?
-Aun esta despidiendose de su madre.- le respondio Leonato.
-¿Y los demas?
-Preparandose.- respondio por ultimo Casandro y los cuatro niños desaparecieron por la puerta camino hacia la caravana entre risas.
Hefestion volvio a girarse hacia su padre.
-Debo partir padre. Nos veremos a la vuelta.- dijo con una sonrisa.
-Ve Hefestion. Aqui estare.- dijo su padre y le abrazo. Hefestion se fue corriendo por el pasillo hacia la puerta y Amintoro asegurandose de que estaba solo dejo fluir las lagrimas. No sabia si aguantaria vivo tanto tiempo, la enfermedad cada vez lo consumia mas.

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