sábado, 6 de agosto de 2011

Capitulo 6

Alejandro entro por ultimo a visitar a su hermana Cleopatra que le recibio entre sollozos.
-¿Porque lloras Cleopatra?- pregunto Alejandro abrazando a la niña.
-Porque no quiero que te vayas. Te necesitamos aqui , Alejandro.
-Pronto volvere. Mientras estaras con nuestra madre, ademas prometo que te escribire muchas cartas asi siempre me tendras presente.- la niña asintio y se separo de el.
-¿No podria ir yo contigo?
-No, Cleopatra. Tu te quedaras aqui. Las mujeres no pueden estudiar.-Alejandro por ultimo beso su frente y una lagrima se deslizo por su rostro. La niña bajo la mirada porque no queria ver como su hermano se marchaba.
Alejandro salio de la habitacion y a la primera nodriza que vio pasar le pregunto sobre Hefestion.
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Hefestion se acerco despacio al carruaje. Alli se encontraban todos, todos menos Alejandro. Hefestion penso en lo que habia hablado con Alejandro momentos antes. Sabia que para el joven principe seria muy dificil separarse de su madre, ellos dos estaban especialmente unidos, por una extraña razon, Olimpia ejercia un control completo sobre Alejandro. Hefestion se pregunto si habria sido asi el con su propia madre.
Se apoyo en el carruaje sin prestar mucha atencion a lo que decian los demas niños.
De repente aparecio por la puerta Filipo y se acerco a ellos.
-¿Y Alejandro?- pregunto nada mas llegar.
-Se esta despidiendo de Cleopatra.- le informo Hefestion.
-Estoy aqui padre.- dijo una voz detras de Filipo y de pronto aparecio Alejandro a su lado.
-Alejandro...hijo.- dijo Filipo poniendo una mano en el rostro del principe, con añoranza pero todos sabian que Filipo no demostraba con palabras lo que sentia. Recobrando la compastura, retiro su mano y dijo serio.-Vosotros llegareis antes que Aristoteles por lo tanto portaros bien en su ausencia. Cuando llegueis os encontrareis con tres muchachos mas. Uno es Filotas, hijo del general Parmenio, el otro es Seleuco de otro de mis generales y por ultimo esta Eumenes, hijo de un aristocrata griego.
A los chicos no les sento bien tener que estudiar con un griego, pero nadie replico. Todos sabian que en Grecia habia una gran revuelta contra Filipo y quien sabe si ese muchacho no apoyaria la causa.
Sin embargo a Alejandro le alegro la idea, queria ver como razonaba las cosas un griego y siempre habia sentido admiracion sobre las mentes puras de aquella gente.
-Ahora iros. Mañana llegareis a Mieza. -dijo por ultimo Filipo antes de dar una vuelta y desaparecer por la puerta. La tension que se habia establecido en el ambiente se fue disipando y los chicos fueron relajandose. Antes de que se montaran al carro aparecio Leonidas. Todos sonrieron al ver a su tutor ya que creian que no iria a despedirse.
-Muchachos.- dijo Leonidas serio mientras se acercaba. -Partis a Mieza.
-Asi es, daskale. Gracias por darnos clase todo este tiempo, nunca le olvidaremos. -dijo Alejandro con una sonrisa dando un escaso abrazo a su maestro. Leonidas esbozo una leve sonrisa.
-Nunca olvidaremos tus collejas.- dijo Leonato riendo.
-Ni tus gritos de titan.-bromeo Casandro.
-Ni sigais si no quereis oir de nuevo esos gritos.- dijo Leonidas serio. A Casandro enseguida se le borro la sonrisa de la cara.
-Esta bien, daskale.- dijo Alejandro sin haber quitado su sonrisa de la cara.-Puede que Aristoteles sea un hombre muy listo pero nunca te ganara en sabiduria.- concluyo. Leonidas sonrio melancolico.
-Claro que es mas listo que yo, por eso os envian a Mieza. Cuidaros chicos en el futuro hareis grandes hazañas. Sobre todo tu Alejandro. La luz de Zeus brilla en tus ojos.- con esto ultimo Leonidas dio media vuelta y se marcho. Alejandro no sabia que decir, su tutor nunca decia lo que sentia ni lo que pensaba.
Se giro despacio y miro a los demas muchachos. Enseguida poso su mirada en Hefestion que lo miraba de esa manera tan peculiar suya, como si intentase desvelar lo que pensaba Alejandro. El principe aparto la mirada de el y miro a los demas.
-Vamos.- dijo Alejandro y se monto en el carro.Los chicos empezaron a reir de nuevo y se montaron despues de Alejandro.
Hefestion se sento al lado de Alejandro y le miro con esos profundos ojos azules.
-Coincido con Leonidas. Seras un gran hombre, Alejandro.-dijo y volvio a mirarle con esa mirada que queria averiguar todos sus secretos.
-Todo el mundo espera eso de mi, Hefestion. Pero... ¿Y si les decepciono? Mi padre es un gran soberano y no se si sabre llegar a su altura.
-Por supuesto que si. Seras mucho mejor que Filipo.Filipo tiene sus limites pero tu no Alejandro. Tu sueñas con lo eterno, lo inimaginable... y lo conseguiras. Algun dia llegaras a la cima y todo el mundo estara a tus pies. Ese dia seras el heroe mas grande que haya existido nunca. -Hefestion sonrio y acaricio la mano de Alejandro con cierto temor a que el rechaze el tacto.
Alejandro no hizo eso sino que dejo que Hefestion le acariciara la mano y cerro los ojos. Volvio a abrirlos y sonrio.
-Te has equivocado en una cosa, Hefestion. Hablabas solo de mi pero recuerda que somos dos. Yo no podria hacer nada sin ti. Si tu no estuvieras Hefestion yo no se si podria pensar siquiera en lo eterno. Sin ti, no sabria quien soy ni lo que quiero. Ahora todos mis deseos estan concentrados en ti.- cuando dijo eso miro a Hefestion sin haber borrado la sonrisa de su cara. Los ojos de Hefestion estaban iluminados y para aplacar las crecientes ganas de abrazar al principe retiro la mirada y miro al suelo de la carroza. No sabia como decirle a Alejandro lo mucho que le apreciaba, que sin el no podria dar ni un paso, que si le pasara algo a Alejandro el se volveria loco y que si Alejandro ...muriese, Hefestion le seguiria a la casa de la muerte sin dudarlo.

domingo, 26 de junio de 2011

Capitulo 4



Leonidas era un hombre muy estricto y reservado algo que a los niños no les agradaba mucho pero sabian que era su tutor y que se merecia respeto, ademas segun lo que le habia dicho Filipo a Alejandro, Leonidas era uno de los mejores tutores de Macedonia.
Algunos de los niños ya sabian como manejar a Leonidas pero habia otros como Nearco que nunca prestaban atencion y siempre le pillaban en las nubes.
Alejandro y Hefestion estaban en clase con Leonidas estudiando geografia cuando de repente se oyeron gritos del exterior. Alejandro sabia qu
e se estaba celebrando una fiesta fuera del palacio y habia quedado con Hefestion en ir mas tarde a ver los fuegos y las ceremonias.
Leonidas volvio a resoplar ya que la clase de ese dia le estaba resultando demasiado dura, los niños estaba distraidos con la musica y no se p
rocupaban ni lo mas minimo de la ubicacion de Macedonia.
-Bien chicos. Podeis ir a la fiesta.- dijo Leonidas al fin sabiendo que no iba a sacar nada provechoso de aquella clase. Se oyeron unos grititos de efusividad entre los alumnos.- Pero, solo si me prometeis que mañana vais a trabajar muy duro.
-Os lo aseguro daskale.- contesto Tolomeo que era el alumno mas brillante. Los niños no esperaron mas y corrieron a la fiesta.
-¡Vamos Hefestion, esta noche tenemos que divertirnos!- grito Alejandro mientras corria cuastabajo con Hefestion.
Llegaron a la fiesta enseguida. Hefestion busco con la mirada a su padre mientras que Alejandro se reunio con su madre en el estrado.Olimpia como s
iempre destacaba entre las demas no solo por su belleza natural sino por sus numerosos adornos. Hefestion sabia que Alejandro habia heradado la belleza de su madre.
-¿Que tal estas hijo mio?- dijo Amintoro dandole un efusivo abrazo a Hefestion.
-Muy bien padre, me tratan como un rey y creo que soy el mejor amigo de Alejandro.
-Me alegra escuchar esto Hefestion. Dentro de unos meses te iras a Mieza y te echare mucho de menos pero que sepas que siempre estare pendiente de ti. De todos tus pasos e incluso cuando vaya a reunirme en el Olimpo con los Dioses velare por ti.
-Lo se padre. -dijo Hefestion y se quedo un buen rato sumergido en los ojos azules de su padre que habia heredado.
-Bien, hijo. Cuentame, ¿que quieres que hagamos?
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Alejandro fue a sentarse al lado de su madre.
-¿Le esta gustando la fiesta, madre?-pregunto el niño mirando a Olimpila que llevaba una tunica blanca y roja y diversas joyas.
-Tu padre parece divertirse mucho.- dijo Olimp
ia fria, sin dirigir la mirada a Alejandro y mirando al frente hacia el pequeño estadio que habian montado.
Alejandro siguio su mirada y se encontro con su padre medio borracho a unos cuantos metros de ellos. Alejandro bajo la mirada avergonzado.
De repente todo el mundo se callo para escuchar lo que estaba diciendo un comerciante a Filipo.
-Mi señor, ese caballo es excepcional. No encontrara a otro igual.- decia el comerciante con ojos suplicantes.
Filipo suspiro y se volvio hacia el comerciante.
-Bien. Trae a ese caballo tuyo al estadio y uno de mis mejores hombres Clito se va a encargar de montarlo.
-Lo que usted mande, seño
r.- dijo el comerciante y se fue al establo para volver con un caballo joven y enfurecido, negro como el carbon y reluciente como el agua.
El hombre a duras penas lo llevo al centro del estadio.
-¡Venga Clito, monta a ese caballo!- grito Filipo y Clito se dirigio hacia el estadio. Todo el mundo estaba expectante ya que el caballo parecia estar poseido.
Clito se hacerco despacio. Puso una mano en su pelaje y salto para montarse en su lomo. No lo consiguio. Cayo con un estruendo para enseguida levantarse y demostrar fuerza.
Clito lo intento unas cuantas veces mas con
los mismos resultados desastrosos. Filipo parecia estar frustrado.
-¿No sabes hacerlo mejor, Clito?- grito Filipo.- ¡Vuelve con tu falange, yo mismo lo domare!
-Es dificil domar a esa bestia, majestad. Piensa en tu pierna.- contesto Clito. -Creo que no debeis comprarlo.
-Esperad mi señor. Cierto que es un animal muy fo
goso y creo que por es apropiado para Filipo de Macedonia. Por solo tres decadais mas, no tengo beneficios sin embargo te lo dejare en esa cantidad.- se defendio el comerciante.
-¿Porque iba a querer yo a esa bestia? Ya tengo mujer.- dijo Filipo para hacer reir al publico.
Alejandro dirigio la mirada a su madre con compasion.
-No le hagas caso.- dijo Olimpia mirando a Alejandro.
Filipo bajo hasta el estadio y se acerco al caballo.
-Tranquilo. Calma.- susurraba. Cuando ya estaba cerca el caballo se levanto y relincho.- Es demasiado nervioso para la batalla. ¡Vendelo como carne!- le grito al comerciante.
Alejandro no se podia contener mas. Estaba contemplando la reaccion del caballo y una creciente esperanza surgio en su corazon. Se levanto de la silla efusivamente.
-¡Que excelente caballo pierden por falta de destreza y denuedo para manejarlo!¡Compramelo a mi, padre!- grito hacia Filipo para sorpresa de todos.- ¡Yo lo domare!
Todo el mundo se quedo estupefacto. El propio Hefestion sintio una punzada en el corazon.
-¿Y si no lo consigues?- grito Filipo.
-Pagare lo que pide.- contesto Alejandro seguro de si mismo.
-¿Con que? ¿Con tu voz de cantante?- dijo Filipo con ironia
ya que Alejandro tenia una voz muy cantarina.
-¡Te lo pagare!- contesto Alejandro a la defensiva.
-¡No hay nadie que pueda montar ese caballo! Es indomable.- dijo Filipo pero dio lugar a su hijo para entrar en el estadio.
-Sí hay alguien. ¡Yo puedo!- dijo Alejandro.
-Si logras subirte a ese caballo te lo regalo.- dijo su padre y despues volviendose hacia el comerciante añadio.- Pagare la mitad de su precio.
-Ese caballo le matara, Filipo.Le partira en dos.- comento Clito.
-¿Tu crees? Puede que su madre aun consiga hacer un musico de el.- contesto Filipo.
Luego fue Atalo el que intento convencerle.
-El chico no posee suficiente destreza, podria lastimarse.
-Tiene que aprender a valarse por si mismo.Ya es hora. - contesto Filipo y se sento en una silla.
Alejandro se fue acercando lentamente al caballo, con cautela y a un metro de el comenzo a hablar.
-No te gusta tu sombre, ¿verdad? Es como un espiritu oscuro que viene a por ti. Lo ves. Somos nosotros.- se fue acercando mas al caballo.- Solo es un truco de Apolo, el dios del sol.- dijo señalando al sol. - Pero yo te enseñare a burlarlo tu y yo juntos.
Alejandro logro montarse al caballo. La preocupacion de Olimpia aumento.
-Bucefalo.- susurro Alejandro.- Asi te llamare. Fuerte y testarudo. Bucefalo y Alejandro. Vamos. Cabalguemos juntos.
Con eso ultimo espoleo al caballo y se fue fuera del estadio para cabalgar por la hierba. Olimpia se levanto de su silla para contemplar a su hijo. Su corazon se habia acelerado pero sabia que ya nada malo le iba a pasar.
Filipo estaba sonriendo y con el unico ojo que le quedaba casi se le salia de la orbitra.
-¡Aun le queda dentro algo de Titan! ¡Clito, reza a los dioses, te a superado, amigo!
Cuando Alejandro volvio al estadio todo eran gritos y alagos al principe. Hefestion estaba sonriendo con los ojos brillantes, sabia que Alejandro lo lograria. Llevaba la fuerza de Zeus en la sangre.
Olimpia tambien estaba sonriendo, orgullosa de que su hijo haya demostrado lo que vale.
Filipo fue rapidamente hasta Alejandro, lo cogio de los brazos y lo elevo hasta el cielo mientras no paraba de decir "mi hijo". Cuando por fin le bajo le susurro al oido.
-Hijo mio, busca otros reinos,Macedonia, el que poseo, es muy pequeño para ti y me temo que no podra satisfacerte.

viernes, 24 de junio de 2011

Capitulo 5

Los años fueron pasando como si fueran meses y la amistad entre Alejandro y Hefestion crecio. Hefestion se habia convertido en la sombra de Alejandro y todos sabian que si veian a uno ,cerca tendria que estar el otro.
Hefestion era la unica persona que lograba calmarle cuando se enfurecia, cuando se desesperaba y cuando lloraba.
Todos habian madurado y Alejandro ya sabia como era cada uno.
Tolomeo era un chico muy listo, lo que a veces ponia de los nervios a Cassandro por sus continuas correciones y por lo demas era muy amigo de Alejandro aunque fuera bastante reservado.
Cassandro por otra parte era muy distante y a Alejandro se le asemejaba a una serpiente, siempre al acecho esperando el momento oportuno para inyectar su veneno aunque estaba seguro de que nunca le traicionaria. No era muy listo sino que se caracterizaba por ser bueno en el combate.
Nearco estaba siempre en las nubes y las veces que prestaba atencion a Leonidas siempre era para preguntar cosas estupidas. Leonato era igual que Nearco con la unica diferencia de que le caia bien a Leonidas.
Lisimaco era una persona muy callada y Alejandro estaba convencido de que tenia mucho que contar y de que era una persona muy inteligente ya que las pocas veces que hablaba delante de Leonidas siempre decia cosas coerentes y con sentido.
Perdicas era un chico muy peculiar ya que sus pensamientos siemrpe estaban centrados en las mujeres o en las batallas. Hefestion ya se habia fijado en como miraba a Cleopatra, la hermana de Alejandro, pero no se habia atrevido a decirle nada al principe para no preocuparle.
Muy pronto tendrian que irse a Mieza con Aristoteles y despedirse de su antiguo tutor Leonidas.
Todos le echarian mucho de menos y aunque era una persona dificil de entender todos le tenian un gran respeto y amor.
Alejandro estaba como de costumbre en la habitacion de Hefestion ayudandole a guardar las cosas en su bolsa ya que la suya se habia encargado una sierva de prepararla.
-Te noto nervioso Alejandro. ¿Te preocupa algo?- pregunto Hefestion mirando de reojo al principe. Alejandro dandose por vencido se sento en la cama y suspiro.
-Estoy nervioso por nuestro viaje. Dicen que Aristoteles es un gran hombre de mente muy clara y segun mi padre deberia aprender mucho de el. Por otra parte, nunca me he separado de mi madre ni de Pella les echare mucho de menos pero eso son cosas que tengo que aprender a superar, no quiero que te afecten mis preocupaciones.
-Hace 5 años cuando vine por primera vez aqui me sentia igual que tu.Para mí mi padre era como un dios que velaba por mi y me aterraba la idea de separarme de el. Pero me obligue a pensar que mi futuro era aquel y que eso era lo que los dioses habian deseado para mi y ahora se que a tu lado el futuro que me espera es mucho mas espelendido que el de haberme quedado en la casa de mi padre como un aristocrata mas.
Alejandro bajo la mirada, se sentia avergonzado. Hefestion era mucho mas maduro que el. Sabia como reaccionar en cada momento y se alegro de tenerle al lado porque sabia que mas tarde su opinion seria de gran valor.
Alejandro se incorporo de nuevo y siguio ayudando a Hefestion.
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Alejandro se dirigio hacia los aposentos de su madre. Tenia que despedirse de ella y de Cleopatra antes de partir.
Entro y se encontro con una oscuridad absoluta alumbrada unicamente la cama por unas velas.
-Te estaba esperando, Alejandro.- dijo la voz suave de Olimpia.
-Madre, he venido a despedirme.- dijo Alejandro.
-Lo se. - dijo su madre y se acerco a la cama donde Alejandro por fin pudo verle la cara.-Ven, sientate aqui, a mi lado.
Alejandro obedecio a su madre y fue a su hasta la cama. Se sento y eso le trajo viejos recuerdos de cuando era pequeño y se pasaba el dia en los aposentos de su madre entre la suave seda en donde dormia. Ahora ese lugar lo ocupaba Cleopatra que no se separaba de su madre y Alejandro no podia evitar sentir una punzada de celos al pensar que Cleopatra estaba con su madre todos los dias y el solo podia verla una vez a la semana.
-Mi pequeño Alejandro.- dijo su madre en un susurro y le acaricio el pelo.- Mi pequeño Aquiles.
-Madre. Me voy a Mieza y no nos veremos hasta dentro de unos años...-empezo Alejandro pero Olimpia poso un dedo en sus labios.
-Hijo mio, no te preocupes porque puede que fisicamente no este contigo pero mi corazon siempre velara por ti estes donde estes.- dijo y le abrazo. Alejandro la estrecho intentando recordar su olor y su tacto y unas lagrimas corrieron por sus mejillas.-No llores Alejandro. Me volveras a ver, te lo juro.
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Hefestion bajo los escalones de la entrada principal del palacio y se encontro con su padre.
-¡Padre!- exclamo Hefestion y corrio a su encuentro.
-Hefestio, hijo mio. Esta noche vas a partir.
-Si, padre.
-Todas las noches pedire a Zeus que vele por ti.
-Gracias padre. Espero que pronto volvamos a vernos.- dijo Hefestion aunque sabia que no volveria a ver a su padre durante un largo periodo de tiempo.
-Si, hijo. Sabes que yo siempre estare aqui. Mi cuerpo no esta para viajes.-Hefestion bajo la cabeza. Su padre habia envejecido mucho durante estos años. Era un hombre joven pero era propicio a las enfermedades durante la epoca fria.
-Bien,Hefestion. ¿Estas preparado para conocer al filosofo mas grande de la epoca?
-No lo se padre. Los atenienses nunca han sido de fiar y quizas ese hombre nos infunda pensamientos contrarios a lo que de verdad querriamos pensar.- dijo Hefestion aun con la cabeza gacha.
-Aunque griego Aristoteles siempre fue partidario de los macedonios. Creo que os vendra muy bien a cada uno.
-Eso espero, padre.
-Y yo espero verte cambiado cuando vuelvas. Quiero verte convertido en un hombre maduro. Merecedor de ser el mejor amigo de un rey. -Hefestios sonrio y Amintoro le dio un beso en la mejilla. En ese momento bajaron Leonato, Lisimaco, Tolomeo y Casandro.
-¿Preparado Hefestion?- pregunto Leonato.
-Si. ¿Donde esta la caravana?- pregunto Hefestion dando la espalda a su padre.
-Esta fuera. Esperando a que vayamos. ¿Vienes?- contesto Tolomeo.
-¿Y Alejandro?
-Aun esta despidiendose de su madre.- le respondio Leonato.
-¿Y los demas?
-Preparandose.- respondio por ultimo Casandro y los cuatro niños desaparecieron por la puerta camino hacia la caravana entre risas.
Hefestion volvio a girarse hacia su padre.
-Debo partir padre. Nos veremos a la vuelta.- dijo con una sonrisa.
-Ve Hefestion. Aqui estare.- dijo su padre y le abrazo. Hefestion se fue corriendo por el pasillo hacia la puerta y Amintoro asegurandose de que estaba solo dejo fluir las lagrimas. No sabia si aguantaria vivo tanto tiempo, la enfermedad cada vez lo consumia mas.

lunes, 20 de junio de 2011

Capitulo 3

Alejandro iba indicando a cada niño donde estaba su habitacion y se divertia al ver sus caras de asombro por los pasillos repletos de mosaicos y columnas jonicas.
Decidio dejar la habitacion de Hefestion para el final ya que queria intercambiar unas cuantas palabras con aquel niño de ojos azules.
Alejandro logro su proposito aunque ahora que ya estaban solos no sabia que decirle, no sabia como empezar.
-Principe, ¿donde esta mi habitacion?- pregunto Hefestion sorprendiendo a Alejandro. No se habia dado cuenta de que se habia quedado parado en medio del pasillo.
-Ah, si. Sigueme, Hefestion. Y... no me gusta que me llamen principe, prefiero que me llames Alejandro. Quisiera que todos me recordasen por mi nombre, no como el rey de Macedonia.
-Y asi se hara...Alejandro. Se que vais a ser un gran hombre.
-¿Pretendes ganarte al principe desde el primer dia?- pregunto Alejandro,sabiendo que las intenciones de Hefestion eran caerle bien lo antes posible ante los demas niños. Y aunque Alejandro no queria admitirlo, Hefestion llevaba ventaja sobre los demas desde la primera vez que se vieron.
-No, yo nunca miento. Mi padre me a educado de un modo en el que un hombre tiene que expresar sus pensamientos para que la politica tenga un fin benefactorio.
-Sabias palabras por parte de tu padre, Hefestion. Me alegra de que su hijo haya heredado su logica.- dijo Alejandro intentando llegar a la altura de Hefestion en lo referente a las respuestas. Hefestion parecia muy maduro a la edad de 7 años. Tenia unos pensamientos futuristas y una mente rapida, contestando lo apropiado en cada momento.
-Aqui esta tu habitacion Hefestion.- dijo Alejandro y le señalo la puerta.
Hefestion se quedo un poco confuso ya que era la primera y habian pasado olimpicamente de ella al principio pero aunque Alejandro le hubiera caido bien no pensaba expresar su opinion en todo. Ademas, le habia gustado conocer un poco mas al fututo rey.
Hefestion entro y coloco su bolsa en el suelo. Era una habitacion muy bonita, mejor que la suya en su casa pero sabia que no podria familizarse con aquella decoracion.
Alejandro notando su mueca al ver la excesiva decoracion comento:
-Puedes cambiar la decoracion si quieres, este va a ser tu alojamiento durante unos años asique es mejor que lo hagas tuyo.
Hefestion sonrio al comentario de Alejandro aunque sabia que no iba a cambiar la habitacion, era mejor que la suya en su casa y se esforzaria en aceptarla.
Entonces se giro hacia la puerta donde se encontraba Alejandro erguido como si esperara algo.
-¿Quieres pasar?- pregunto Hefestion viendo la cara de duda de Alejandro.
-Yo...esto...tengo que ir a dormir...aunque, tengo un tiempo.- dijo Alejandro sorprendido por la pregunta de Hefestion
Hefestion solto una pequeña carcajada, esa era la primera vez que veia un desliz en Alejandro, la primera vez que le veia dudar.
Alejandro entro indeciso. Hefestion le hizo un hueco en la cama para que se sentara. Alejandro acepto la invitacion y fue a colocarse a su lado.
-Bueno, dime Hefestion, ¿Donde vivias antes?
-Cerca del agora.
-Tu padre era un aristocrata.- dijo Alejandro mas para si mismo que para Hefestion, con eso queria decir que tendrian una de las mejores casas de Macedonia.
-Si, el mejor hombre que conozco.- dijo Hefestion y recordo la cara de su padre. Enseguida le echo de menos.
-¿Y tu madre?- pregunto Alejandro.
-Mi madre... murio en el parto. Es algo que nunca me perdonare.
-No tienes porque sentirte culpable Hefestion. Seguro que habria dado su vida por ti.- dijo Alejandro y Hefestion bajo la mirada.
-¿Te gusta jugar a los guerreros?- pregunto Hefestion a Alejandro con la intencion de alejar pensamientos que pudieran hundirle.
-No se como se juega.
-Estaria encantado de enseñarte.- exclamo Hefestion.
-Tienes mi permiso.- dijo Alejandro con una sonrisa en la cara.
Hefestion fue hasta su bolsa y de ella extrajo un pequeño paquete. Se volvio a sentar al lado de Alejandro y fue sacando guerreros de juguete ordenandolos en la cama.
-Este es el general de los blancos,- dijo Hefestion señalando a una de las figuras mas grandes.- y este el de los negros. ¿A quien eliges?
-A los...blancos. -dijo Alejandro y empezo a recolectar las figuritas blancas. Hefestion sonrio y se dedico a ordenar su ejercito.
Cuando levanto la mirada vio que Alejandro lo habia hecho de un modo mucho mas diferente al suyo y habia que reconocerlo, mucho mejor. Hefestion una vez mas se convencio de que Alejandro habia nacido para ser rey.
-¿Empezamos?-pregunto Alejandro con los ojos resplandecientes.
-Vale, pero ¿sabes como se juega?
-Es una guerra ¿verdad?
-Si.-respondio Hefestion con una sonrisa que Alejandro le devolvio.
-¿Preparado para morir Hefestion Amintoros?-pregunto Alejandro imitando la voz de un adulto.
-Eso tendremos que comprobarlo Alejandro de Macedonia.-dijo Hefestion con una sonrisa picara.
El juego empezo y Alejandro se sintio como pez en el agua. Hefestion era muy bueno en ese juego pero logro ganarle, mas tarde Hefestion quiso la revancha y Alejandro se la dio y asi sucesivamente.
Sus risas se oyeron durante toda la noche por todo el palacio.

sábado, 18 de junio de 2011

Capitulo 2

Alejandro se coloco al lado de su padre que le puso una mano en el hombro. Aun no habia venido ningun niño, Alejandro se sintio ligeramente nervioso nunca le habia gustado ser el centro de atencion.
-Pronto estaran todos aqui ,Alejandro, y mañana vendra tu tutor Leonidas.
-Si padre.- contesto Alejandro sin dirigirle la mirada.De repente se abrieron las puertas y por ellas entro un hombre de edad avanzada con muchas canas y que caminaba a su lado un niño unos 4 o 5 años mayor que Alejandro.Filipo se irguio y aunque no lo hizo muy bien gracias a su cojera logro mostrar autoridad y cuando estubieron lo suficientemente cerca Filipo le dio los dos besos de bienvenida y le explico a Alejandro.
-Este es mi gran amigo Lagos, es un magnifico hombre ,Alejandro y este es su hijo Tolomeo.- Alejandro paseo su mirada del padre al hijo. Tolomeo le sonrio con una media sonrisa y le hizo una pequeña reverencia con la cabeza. Tenia el pelo rijizo y brillante propio de la gente de Macedonia del sur. Sus ojos verdes parecian estar apagados y su redonda cara estaba poblada de pecas.
-Tolomeo esta encantado de tener el honor de ser compañero de Alejandro. Seguro que aprenderan muchas cosas mutuamente.- dijo Lagos y le dirigio una mirada a Alejandro. En sus ojos habia un extraño brillo que no le gusto nada a Alejandro.
-Seguro que sera asi Lagos.-contesto Filipo y antes de terminar la frase las puertas se abrieron nuevo dando lugar a otros dos individuos. Alejandro contemplo como la pareja se iba hacercando. El que seguramente seria el padre era bajito y un poco regordete, llevaba ropa decorada con oro y sobre su edad se podria especular entre los 40 y los 50 años.Su hijo era una copia exacta de su padre. Era bajito con unas mejillas rojas como la sangre y unos pomulos muy marcados. Sus ojos negros destellaban a la luz del sol y su nariz pequeña y puntiaguda no paraba de arrugarse. Su pelo negro parecia estar grasiento y le caian varios mechones sobre los ojos. El niño le sonrio a Alejandro dejando al descubierto que tenia unos dientes torcidos y grandes. Tendria la misma edad que Tolomeo es decir unos 9 o 10 años.
-Este es Cristes y este es su hijo Nearco. Vienen de muy lejos asique supongo que estareis cansados. Podeis entrar a descansar, las siervas ya os enseñaran vuestras habitaciones.- dijo Filipo con una sonrisa. Cristes y Nearco asintieron con la cabeza miraron a Alejando y se encaminaron hacia la entrada al palacio.
Filipo y Lagos intercambiaron algunas frases sobre la situacion en Grecia y Tolomeo se coloco al lado de Alejandro con esa extraña sonrisa suya.
Despues de unos minutos aparecieron dos familias.
La que llego antes hasta Alejandro era una pareja muy peculiar. El padre era de unos 30 años y el niño era de un año mas pequeño que Alejandro y tenia cogido de la mano a otro niño que parecia aun mas joven.
-Este son Admes y sus dos hijos Leonato y Lisimaco.- Alejandro miro directamente a Leonato. Era bajito y cabezon de cabellos rubios un poco mas oscuros que los de Alejandro y de unos ojos negros que escondian un extraño brillo. Parecia la clase de niño que delante de su padre era muy formal y callado pero que cuando nadie le contemplaba era capaz de la mas grande travesura. Lisimaco que parecia no estar presente ya que estaba con la mirada perdida parecia la clase de chico demasiado timido para expresar su opinion.
Enseguida se colocaron a su lado otra pareja. Esta vez el padre era casi un anciano y el niño tenia una apariencia muy parecida a la de Tolomeo solo que en alguien mas joven aunque mayor que Alejandro.
-Bien, Alejandro, te presento a Denes y su hijo Perdicas.- le informo su padre. Alejandro les saludo con una sonrisa y en ese momento aparecieron en la puerta del palacio dos figuras.
Una, Alejandro la reconoceria aunque estubiera a un kilometro de distancia. Era Antipatro, el general de su padre y a su lado caminaba un niño delgaducho y alto de cabellos largos y castaños.
-Mi rey.- dijo Antipatro al colocarse al lado de Filipo.- Aqui esta. Ese es mi hijo Cassandro y esta encantado de formar parte de la cuadrilla de Alejandro.
A Alejandro se le ilumno la cara. Todos los invitados que venian hasta ahora eran completos desconocidos,penso Alejandro, pero Cassandro siendo hijo de Antipatro seria de gran confianza aunque al mirarle a la cara no estubo muy seguro de lo que acababa de pensar.
Los ojos de Cassandro eran de un color gris azulado y recordaba que su madre le habia dicho en cierta ocasion que nunca se fiara de personas con ese peculiar color de ojos.
Despues de unos minutos de espera llego la ultima pareja.
Se acercaron con paso lento hasta el Filipo a pesar de que eran los ultimos.
-Lo sentimos mi rey. La distancia es muy grande si hay que venir andando.- dijo el hombre. Tendria unos 40 años y parecia un hombre serio y seguro de si mismo.
-No pasa nada mi gran amigo Amintoro.- dijo Filipo dando un efusivo abrazo al invitado como si fueran viejos amigos.- Bueno, este es Alejandro y Alejandro estos son Amintoro y su hijo Hefestion.- Alejandro que hasta entonces no se habia fijado en el niño bajo la mirada para contemplarle.
Su primera impresion fue de alegria y mas tarde sintio asombro hacia aquel niño.
Parecia tener su misma edad y eso es lo que le alegro a Alejandro y cuando por fin se fijo en el aspecto de Hefestion se quedo alucinado.
Era de la misma altura que Alejandro, parecia bastante fuerte y tenia la expresion de su padre, entre cautela y seguridad.
Su cara era alargada con los pomulos ligeramente marcados. De nariz ancha y boca larga y fina ,lo que mas llamaba la atencion en el eran sus ojos. Azules como las aguas del Mediterraneo lucian como dos perlas a la luz del sol.
Tenia un pelo castaño, largo hasta los hombros y que se confundia con rubio en algunos mechones.
El niño sonrio sin mostrar los dientes lo que le infondo seguridad a Alejandro.
Alejandro ya habia elegido a su mejor amigo.
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Hefestion entro y se olvido de todo. Lo unico que veia era a Alejandro. Sabia perfectamente que el era el principe. Por un momento los demas no importaron, eran personas insignificantes que se amontonaban a su alrededor. Solo Alejandro brillaba con una luz especial que atraia sus ojos hacia el.
Era tan alto como el y su estatura era la de un guerrero.
Su cara era redonda y con una tez morena debida al bronceado que le proporcionaba el sol. Sus cabellos rubios y rizados brillaban a la luz del sol ondeandose ligeramente por la brisa.
Tenia unos ojos azul oscuro que eran capazes de amar como de destruir, de acariciar como de matar...
Parecia asombrado de ver a Hefestion, sus ojos lo demostraban.
Hefestion sonrio, hasta entonces habia tenido una imagen muy diferente de Alejandro. Creia que seria como su padre, Filipo. Un hombre que se cree un dios y que lo unico que hace para aliviar su pena interior es beber y matar.
Supuso que se pareceria a Olimpia, persona a la que no conocia.
Hefestion sabia que Alejandro llegaria a ser un gran hombre.

jueves, 16 de junio de 2011

Capitulo 1

El pequeño Alejandro nunca habia tenido amigos aparte de su hermana menor, Cleopatra. Desde hacia unos dias su padre,Filipo le habia hablado de que Alejandro necesitaba una formacion y estudios y por eso estudiaria con Leonidas acompañado de unos cuantos chicos, hijos de los aristocratas mas importantes de Macedonia despues tendrian que ir a Mieza para continuar sus estudios con Aristoteles.
Segun Filipo, Alejandro necesitaba tener hombres de confianza para el futuro y le decia muy a menudo que los amigos de la infancia son los mas fieles.
Olimpia,su madre opinaba de distinto modo pero hacia mucho tiempo que su opinion habia perdido todo valor.
Alejadro estaba muy unido a su madre, nunca se habia tenido que separar de ella y aunque ella le decia que siempre estaria a su lado aunque no de manera fisica el sabia que posiblemente ya no le volveria a ver. Filipo le tenia un especial odio a Olimpia desde que esta empezo a comportarse de manera fria y distante con el, por lo que probablemente como unico castigo que le podia imponer fuera el no ver mas a Alejandro sabiendo de antemano que Olimpia no podia vivir sin su hijo.
Alejandro cerro lentamente los ojos e inspiro.Despues abrio de nuevo los ojos y se encamino hacia el patio de su palacio en Pella para conocer a sus "amigos"
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Hefestion ya estaba vestido cuando entro su padre a buscarle.
-¿Ya estas listo Hefestion?- pregunto Amintoro.
-Si ,padre.- contesto el pequeño Hefestion. Se acerco a su padre y le miro desde abajo intentando mostrar seguridad.
-Vamos, Filipo nos espera en su palacio.- dijo su padre y le puso una mano en la espalda. Salieron de la habitacion y antes de abandonar la casa Hefestion cogio su pequeña bolsa sabiendo que ya no volveria a pisar el suelo de aquella casa.
-Muy bien Hefestion, ya veo que tenias todo preparado, asi me gusta. Sabes que esto es muy importante para mi, ¿verdad? Filipo siempre me a tenido mucho aprecio y ahora te quiere a ti como compañia para su hijo, es un gran honor el que me concede y espero que mis elevadas espectativas hacia ti sean verdad. Se que seras un gran hombre hijo.
-Gracias por la confianza que depositas en mi padre. Sera un honor ser compañero de Alejandro. Hare lo que este en mis manos para no decepcionarle.