sábado, 18 de junio de 2011

Capitulo 2

Alejandro se coloco al lado de su padre que le puso una mano en el hombro. Aun no habia venido ningun niño, Alejandro se sintio ligeramente nervioso nunca le habia gustado ser el centro de atencion.
-Pronto estaran todos aqui ,Alejandro, y mañana vendra tu tutor Leonidas.
-Si padre.- contesto Alejandro sin dirigirle la mirada.De repente se abrieron las puertas y por ellas entro un hombre de edad avanzada con muchas canas y que caminaba a su lado un niño unos 4 o 5 años mayor que Alejandro.Filipo se irguio y aunque no lo hizo muy bien gracias a su cojera logro mostrar autoridad y cuando estubieron lo suficientemente cerca Filipo le dio los dos besos de bienvenida y le explico a Alejandro.
-Este es mi gran amigo Lagos, es un magnifico hombre ,Alejandro y este es su hijo Tolomeo.- Alejandro paseo su mirada del padre al hijo. Tolomeo le sonrio con una media sonrisa y le hizo una pequeña reverencia con la cabeza. Tenia el pelo rijizo y brillante propio de la gente de Macedonia del sur. Sus ojos verdes parecian estar apagados y su redonda cara estaba poblada de pecas.
-Tolomeo esta encantado de tener el honor de ser compañero de Alejandro. Seguro que aprenderan muchas cosas mutuamente.- dijo Lagos y le dirigio una mirada a Alejandro. En sus ojos habia un extraño brillo que no le gusto nada a Alejandro.
-Seguro que sera asi Lagos.-contesto Filipo y antes de terminar la frase las puertas se abrieron nuevo dando lugar a otros dos individuos. Alejandro contemplo como la pareja se iba hacercando. El que seguramente seria el padre era bajito y un poco regordete, llevaba ropa decorada con oro y sobre su edad se podria especular entre los 40 y los 50 años.Su hijo era una copia exacta de su padre. Era bajito con unas mejillas rojas como la sangre y unos pomulos muy marcados. Sus ojos negros destellaban a la luz del sol y su nariz pequeña y puntiaguda no paraba de arrugarse. Su pelo negro parecia estar grasiento y le caian varios mechones sobre los ojos. El niño le sonrio a Alejandro dejando al descubierto que tenia unos dientes torcidos y grandes. Tendria la misma edad que Tolomeo es decir unos 9 o 10 años.
-Este es Cristes y este es su hijo Nearco. Vienen de muy lejos asique supongo que estareis cansados. Podeis entrar a descansar, las siervas ya os enseñaran vuestras habitaciones.- dijo Filipo con una sonrisa. Cristes y Nearco asintieron con la cabeza miraron a Alejando y se encaminaron hacia la entrada al palacio.
Filipo y Lagos intercambiaron algunas frases sobre la situacion en Grecia y Tolomeo se coloco al lado de Alejandro con esa extraña sonrisa suya.
Despues de unos minutos aparecieron dos familias.
La que llego antes hasta Alejandro era una pareja muy peculiar. El padre era de unos 30 años y el niño era de un año mas pequeño que Alejandro y tenia cogido de la mano a otro niño que parecia aun mas joven.
-Este son Admes y sus dos hijos Leonato y Lisimaco.- Alejandro miro directamente a Leonato. Era bajito y cabezon de cabellos rubios un poco mas oscuros que los de Alejandro y de unos ojos negros que escondian un extraño brillo. Parecia la clase de niño que delante de su padre era muy formal y callado pero que cuando nadie le contemplaba era capaz de la mas grande travesura. Lisimaco que parecia no estar presente ya que estaba con la mirada perdida parecia la clase de chico demasiado timido para expresar su opinion.
Enseguida se colocaron a su lado otra pareja. Esta vez el padre era casi un anciano y el niño tenia una apariencia muy parecida a la de Tolomeo solo que en alguien mas joven aunque mayor que Alejandro.
-Bien, Alejandro, te presento a Denes y su hijo Perdicas.- le informo su padre. Alejandro les saludo con una sonrisa y en ese momento aparecieron en la puerta del palacio dos figuras.
Una, Alejandro la reconoceria aunque estubiera a un kilometro de distancia. Era Antipatro, el general de su padre y a su lado caminaba un niño delgaducho y alto de cabellos largos y castaños.
-Mi rey.- dijo Antipatro al colocarse al lado de Filipo.- Aqui esta. Ese es mi hijo Cassandro y esta encantado de formar parte de la cuadrilla de Alejandro.
A Alejandro se le ilumno la cara. Todos los invitados que venian hasta ahora eran completos desconocidos,penso Alejandro, pero Cassandro siendo hijo de Antipatro seria de gran confianza aunque al mirarle a la cara no estubo muy seguro de lo que acababa de pensar.
Los ojos de Cassandro eran de un color gris azulado y recordaba que su madre le habia dicho en cierta ocasion que nunca se fiara de personas con ese peculiar color de ojos.
Despues de unos minutos de espera llego la ultima pareja.
Se acercaron con paso lento hasta el Filipo a pesar de que eran los ultimos.
-Lo sentimos mi rey. La distancia es muy grande si hay que venir andando.- dijo el hombre. Tendria unos 40 años y parecia un hombre serio y seguro de si mismo.
-No pasa nada mi gran amigo Amintoro.- dijo Filipo dando un efusivo abrazo al invitado como si fueran viejos amigos.- Bueno, este es Alejandro y Alejandro estos son Amintoro y su hijo Hefestion.- Alejandro que hasta entonces no se habia fijado en el niño bajo la mirada para contemplarle.
Su primera impresion fue de alegria y mas tarde sintio asombro hacia aquel niño.
Parecia tener su misma edad y eso es lo que le alegro a Alejandro y cuando por fin se fijo en el aspecto de Hefestion se quedo alucinado.
Era de la misma altura que Alejandro, parecia bastante fuerte y tenia la expresion de su padre, entre cautela y seguridad.
Su cara era alargada con los pomulos ligeramente marcados. De nariz ancha y boca larga y fina ,lo que mas llamaba la atencion en el eran sus ojos. Azules como las aguas del Mediterraneo lucian como dos perlas a la luz del sol.
Tenia un pelo castaño, largo hasta los hombros y que se confundia con rubio en algunos mechones.
El niño sonrio sin mostrar los dientes lo que le infondo seguridad a Alejandro.
Alejandro ya habia elegido a su mejor amigo.
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Hefestion entro y se olvido de todo. Lo unico que veia era a Alejandro. Sabia perfectamente que el era el principe. Por un momento los demas no importaron, eran personas insignificantes que se amontonaban a su alrededor. Solo Alejandro brillaba con una luz especial que atraia sus ojos hacia el.
Era tan alto como el y su estatura era la de un guerrero.
Su cara era redonda y con una tez morena debida al bronceado que le proporcionaba el sol. Sus cabellos rubios y rizados brillaban a la luz del sol ondeandose ligeramente por la brisa.
Tenia unos ojos azul oscuro que eran capazes de amar como de destruir, de acariciar como de matar...
Parecia asombrado de ver a Hefestion, sus ojos lo demostraban.
Hefestion sonrio, hasta entonces habia tenido una imagen muy diferente de Alejandro. Creia que seria como su padre, Filipo. Un hombre que se cree un dios y que lo unico que hace para aliviar su pena interior es beber y matar.
Supuso que se pareceria a Olimpia, persona a la que no conocia.
Hefestion sabia que Alejandro llegaria a ser un gran hombre.

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